Puentes del Concejo de Cangas de Onis.
Comenzamos la ruta OR3, en el Oriente de Asturias, llegando a nuestro primer objetivo: el Puente Medieval de Cangas de Onís (43.35015, -5.13196).



















Puente de Cangas de Onís, Cangas de Onís
Una vez que hayamos encontrado aparcamiento para nuestro vehículo, nos dirigimos al puente sobre la N-625. Desde la acera, podemos contemplar la cara norte del puente, con su arco central sobre el río Sella, con sus otros 6 arcos: dos de mediano tamaño en la orilla oeste, otro en la orilla este y otros 3 de pequeño tamaño encima de sus pilastras.
Aunque llamado romano, es medieval. El inicio de su construcción data de tiempos del reinado de Alfonso XI de Castilla, en el siglo XIV.
El puente, que se sitúa en la calzada romana que unía las localidades de Lucus Asturum (el actual Lugo de Llanera) y Portus Victoriae (la actual Santander), fue construido sobre otro anterior que pudiera tener origen romano.
Une, que no separa, los concejos de Parres y Cangas de Onís, salvando el paso sobre el río Sella, siendo, en tiempos, el único paso que había sobre el mismo para entrar en la villa canguesa desde la zona oeste hasta que, a finales del siglo XIX, dejó de ser paso rodado.
Fue declarado monumento histórico-artístico en 1931, habiendo sufrido reparaciones a través de los tiempos. La Cruz de la Victoria, colgada de su arco central, fue colocada en 1939, coincidiendo con el regreso de la Virgen de Covadonga desde Francia, tras la finalización de la Guerra Civil.
Podemos bajar por unas escaleras hasta las rocas, a orillas del río, para poder contemplarlo en todo su esplendor y disfrutar de las maravillosas vistas y experimentar la paz que transmite la corriente de agua, camino de Ribadesella, donde desemboca.
Si queremos visitar la cara sur del puente, aguas arriba, lo podremos hacer, sin mucha dificultad, bajando al pedrero a través de una portilla de madera, rodeándolo por la zona este. Con un poco de cuidado y llevando calzado cómodo, podemos bajar por un estrecho sendero a la orilla del río y ver la cara que la mayoría de los visitantes nunca ven.
Merece la pena también caminar sobre su calzada empedrada y disfrutar de las vistas desde la parte más elevada del arco principal.
Ni que decir tiene que, ya que estamos en esta bella población, capital del Reino de Asturias hasta el año 774, podemos aprovechar para transitar por sus calles, visitar sus tiendas, algunas con mucha historia detrás, especialmente las de productos de la tierra y también disfrutar de su amplia oferta gastronómica.
Una vez hayamos satisfecho toda nuestra curiosidad de todo este interesante conjunto, nos dirigimos por la Avenida de Covadonga, que atraviesa la villa hasta una rotonda sobre la AS-114, donde tomaremos la primera salida, hasta la siguiente rotonda, situada en La Venta de Soto y donde tomaremos también la primera salida, ya sobre la AS-262.
Recorridos unos 650 metros llegamos al Puente de Soto de Cangas (43.34273, -5.08366), en el segundo cruce a la izquierda desde la rotonda.




Puente de Soto de Cangas, Cangas de Onís
Pocos metros más adelante, a nuestra izquierda hay un hotel donde, si hay sitio libre, podemos aparcar. Si no es así, más adelante hay un restaurante con amplio aparcamiento, a nuestra derecha. Desde cualquiera de los dos, dando un pequeño paseo, podemos visitar el puente.
Se trata de un puente de reducidas dimensiones, que salva el curso del río Reinazo, de un solo arco y en un estado de conservación aceptable. Sólo se puede visitar con comodidad en su cara aguas abajo. Se puede bajar a la orilla, si el caudal lo permite, y contemplarlo en su mejor versión.
Una vez regresemos a nuestro vehículo, continuamos en dirección Covadonga hasta llegar a La Riera, donde es imposible no ver, a la izquierda, nuestro siguiente objetivo, el Puente de la Riera I (43.32465, -5.07837). Se trata de un puente de un solo arco en muy buen estado de conservación, anexo a una casa de piedra y salvando el curso del Río Reinazo. Justo en frente hay un grupo de casas donde, a pesar de no haber mucho sitio, podríamos dejar nuestro vehículo para poder disfrutarlo.






Puente de la Riera I, Cangas de Onís
Nuestro siguiente objetivo en esta pequeña pero pintoresca localidad es el Puente de la Riera II (43.32423, -5.08045) al que se accede caminando en dirección a la Iglesia de San Justo y Pastor. En muy poco tiempo, remontando el curso del Arroyo Fuente Mujosa, llegamos a la altura del cementerio parroquial, donde podemos ver un pequeño puente de un solo arco y en un estado de conservación bueno, que sirve de paso, salvando el curso del citado arroyo, para llegar al camposanto de la localidad.






Puente de la Riera II, Cangas de Onís
En escasos minutos, remontando el curso del citado arroyo, llegamos a otro, el Puente de la Riera III (43.32399, -5.08145). Sirve de paso hacia un viejo molino en ruinas con el que, en tiempos pasados, formaba conjunto, como tantos otros que forman parte de la geografía regional. Es de muy pequeñas dimensiones y su arco se conserva bastante bien.







Puente de la Riera III, Cangas de Onís
Continuamos ruta hacia el siguiente puente a visitar, que se encuentra en la localidad conocida como El Moñigo, a 1,2 km de La Riera. A la derecha, junto a una casa con cuadra y justo después de pasar un indicador que nos informa sobre el P3 y P4, parkings donde se pueden coger los autobuses que suben a los lagos de Covadonga, encontramos, a nuestra derecha, un puente de pequeñas dimensiones, de un solo arco y que salva el curso de una pequeña riega que alimenta el curso del Reinazo. Se trata del Puente Moñigo I (43.31633, -5.07127) situado al lado de la cuadra de piedra anexa a la mencionada casa. Lo más práctico para visitarlo es aparcar en el P3 del Moñigo y volver sobre nuestros pasos.





Puente de El Moñigo I, Cangas de Onís
Desde el mismo aparcamiento, al fondo del mismo, podemos visitar el segundo de los puentes de esta pequeña localidad. Se trata del Puente del Moñigo II (ver en mapa)43.31613, -5.07082), de un solo arco y en un estado de conservación mejorable, muy cubierto por la vegetación y con bastante deterioro estructural.


Puente de El Moñigo II, Cangas de Onís
Seguimos ruta hacia nuestro siguiente puente que, 1 Km más adelante, después de tomar la primera salida de una rotonda, nos deja en El Repelao. Aquí podemos acceder al aparcamiento de un reconocido establecimiento hostelero, al fondo del cual se encuentra un pequeño puente de un solo arco, el Puente del Repelao (43.31187, -5.05795), en bastante buen estado de conservación y, como todos los anteriores, salvando el curso del río Reinazo.




Puente del Repelao, Canas de Onís
Continuamos la ruta volviendo a nuestro vehículo y, siguiendo por la AS-262, hasta encontrarnos con el aparcamiento de El Peregrino, unos metros antes de llegar a la rotonda que nos permite el acceso a los Lagos de Covadonga o a la Basílica. Procuramos dejar el vehículo en el mencionado aparcamiento y seguimos caminando a nuestra derecha hasta llegar al estanque bajo la Cueva de la Virgen de Covadonga. Justo frente a la escalinata que da acceso a todo el complejo, después de dejar el frontal del estanque y los leones, hay una bajada, a nuestra derecha, que nos lleva al Jardín del Príncipe, junto al curso del Reinazo. Si seguimos caminando, dejando al río a nuestra derecha, llegamos al Puente del Príncipe (43.30846, -5.05239).







Puente del Príncipe, Cangas de Onís
Se trata de un puente de un solo arco, en un estado de conservación bueno y que enriquece este entorno de singular valor arquitectónico y religioso, recibiendo cada año cientos de miles de turistas para visitar la Basílica y el Santuario de Nuestra Señora de Covadonga, donde se encuentra la capilla en la Santa Cueva de la Virgen, patrona de Asturias, cuya festividad se celebra el 8 de septiembre.
También puede visitarse el Museo del Real Sitio de Covadonga, la Campana de Covadonga o la Estatua del Rey Pelayo, a la izquierda de la entrada principal del templo.
Hasta aquí ha llegado esta ruta por el Oriente de Asturias que, aunque no muy larga en cuanto a kilometraje se refiere, es muy rica en cuanto a elementos de interés del patrimonio regional y que, a buen seguro, nos habrá hecho disfrutar de un gran día. Solo nos queda volver a nuestro lugar de origen hasta otro día que decidamos conocer otra de las rutas que en esta publicación se recogen.
